El arte y la vida: Scott y Zelda Fitzgerald

 En algunos artistas su vida y su obra se fundan de tal manera que se convierten en personajes de su propio trabajo artístico.  Tal es el caso de Scott Fizgerald, genial cronista de la era del jazz, triunfador prematuro y alcohólico.
Zelda en su época de esplendor

El matrimonio Fizgerald y su hija

 Sobre "El gran Gatsby", tal vez el libro más vendido de todos los tiempos, Fitzgerald decía: "Esta novela no se vende, tengo que escribir cuentos y cuentos que se vendan".






"Scott no volvió a escribir nada bueno desde el momento que supo que Zelda estaba loca", dijo Hemingway
  "Evidentemente, la vida es solo un proceso de deterioro" escribió antes de morir a los 43 años de un infarto.
 "Scott era un hombre que parecía un adolescente con un rostro que no llegaba a ser del todo bello a pesar de su corrección", le describió Hemingway, el otro célebre escritor de la Generación Perdida, que cuenta en "París era una fiesta" el encuentro de Hadley su mujer y él con Scott y su destructiva relación con Zelda que nunca le ayudó en sus intentos por dejar la bebida: "Zelda estaba celosa del trabajo de Scott y cuando llegamos a conocerlos mejor ya era un hecho  consumado. Scott decidía a veces no pasar noches enteras bebiendo, hacer ejercicio todos los días y trabajar con regularidad. En cuanto conseguía estar concentrado en su trabajo, Zelda empezaba a quejarse de aburrimiento y a arrastrarle a algún bar. Se peleaban, se reconciliaban, él daba largos paseos conmigo para disiparse de los efectos del alcohol y tomaba la resolución de volver a trabajar, este vez, sí. Después todo volvía a empezar"... Scott estaba muy enamorado de Zelda y era muy celoso. A lo largo de nuestros paseos me contó repetidas veces como ella se había enamorado de ese piloto francés del aeronaval"




-Tu sabes que no me he acostado nunca con nadie más que con Zelda.
-No lo sabía.
-Creí habértelo dicho.
-No, me has dicho cantidad de cosas pero nunca ésto.
-A este propósito quiero preguntarte algo.
-¡Venga!, ¡qué!
-Zelda me ha dicho que de la manera en que estoy constituido, no podré jamás hacer feliz a una mujer y que eso la había inquietado al principio. Me ha explicado que es una cuestión de talla. Nunca me he vuelto a sentir igual desde que me dijo eso. Me gustaría saber realmente en qué consiste.
Hemingway le hace entrar en un cuarto de baño.
-Eres totalmente normal, estás muy bien, no tienes nada que reprocharte..vete al Louvre y mira las estatuas, después mírate de perfil en el espejo... ambos fueron al Louvre...
Olvida lo que Zelda te ha dicho. Zelda está loca. Eres totalmente normal. Da a esa chica lo que espera de ti. Zelda solo quiere destruirte.
Muchos años después, una vez acabada la segunda guerra mundial, Geoge, el hijo de Hemingway que trabajaba de barman en el hotel Ritz de parís le pregunta que quien era ese Fitzgerald por quien todo el mundo le pregunta y Hemingway le contesta que quiere describirle como le recuerda la primera vez que lo vio.
www.guardian.co.ok/books/booksblog+fscottfizgerald

blog s.lavoz de galicia.es/antiedad/tag/scott.fizgerald

Comentarios

  1. Hemingway es un gigante, lo que no quiere decir que siempre tenga razón por el hecho de ser Hemingway.
    Precisamente lo mejor de Fitzgerald es aquella parte de su obra que escribe " con la autoridad que me da el fracaso".
    Es decir, cuando las luces de neón, las fiestas y el champaña quedaron atrás, y no queda sino el duro declive en que hay que resistir y arrostrar los problemas, cuando la lucidez mental deja las páginas mas bellas, en las que el lector reconoce la marca del genio.
    No, precisamente Fitzgerald escribió lo mejor cuando en cierta manera, y para sus contemporáneos, no era sino un vago recuerdo de la era del jazz.

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  2. Estoy de acuerdo, claro que tampoco hay que tomar todo lo dice Hemingway al pie de la letra y que Fizgerald era también alguien que intuía su muerte y su decadencia incluso en su época de esplendor. Una de las cosas curiosas de París era una fiesta es como Hemingway explica como Fizgerald empieza a convertirse en un mito y cómo va gente preguntando por él a los camareros del bar donde solía ir en París.

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  3. "The crack-up" es una de las mejores obras jamás escritas.
    En què pocas páginas disecciona el deterioro vital, y cómo consigue explicarlo con ese estilo inimitable que lo aleja de todos los demás escritores.
    Para entonces, Zelda era una carga terrible ya.
    Fitzgerald es el más grande de los escritores americanos, por estilo, clase y fluidez, y su huella literaria es un faro que ayuda siempre a separar el grano de la paja.

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  4. Perdura en el guión de Lo que el viento se llevó una frase suya.
    Sabiendo que lo es, la recuerdo con una indefinible gratitud: "los nuestros van descalzos, y hay mucha nieve en Virginia".

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  5. Justamente el crack-up es la novela de Fizgerald que me falta por leer. Voy a buscarla ahora para completar todo lo que sé de él y no quedarme únicamente el en celebérrimo Gran Gatsby o "Tender is the night", otro de sus magníficos libros cuyo título, según me enteré hace poco, viene de un poema de Keats.

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  6. No sabía que en "Lo que el viento se llevó" hay una frase de Fizgerald. Desde luego su biografía simboliza el glamour y el fulgor de Hollywood y de los años 20 pero también la caída en el infierno. Posiblemente su fama se deba también a eso, al margen de lo que su obra supone para la historia de la literatura. Es curioso que el "Gran Gatsby", uno de los libros más leídos de todos los tiempos, se vendió muy poco cuando se publicó la primera edición. Lo cual prueba lo engañoso del éxito a corto plazo hoy tan buscado en nuestro mundo mediático.

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  7. Pero tienes también A este lado del paraíso, Hermosos y malditos, y sus Cuentos completos.
    Precisamente en el prólogo a la última edición de éstos se halla el mejor comentario sobre el genio de FSF que he leído.
    Yo amo especialmente, por su humor desesperado, sus "Historias de Pat Hobby".
    Por cierto que acaba de salir un opúsculo sobre sus finanzas, junto al relato " Cómo sobrevivir con 36000 dólares al año".
    Interesante tu blog.
    Soy el mismo que ha hecho el comentario sobre Pilar Donoso.
    Cordialmente,
    Javier

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  8. Hola, Javier, gracias por interesarte por mi blog. El problema de los blogs de una sola persona es que habría que dedicarles demasiado tiempo, y a menudo es difícil encontar un rato para escribir, si bien intento añadir una entrada al menos un día a la semana. Veo que eres un gran experto en Fizgerald yo ahora recuerdo haber leído "A este lado del paraiso" y algunos de sus cuentos y sobre todo "El curioso caso de Benjamin Button" que editaron a raiz de la película que se hizo sobre esa historia recientemente. No sé si la viste, a mí me gustó bastante.

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  9. No la vi.
    El relato es menor, su argumento inverosímil, y de todas formas, en literatura, valen más mil palabras que una imagen.
    Lo fundamental de FSF es su penetración psicológica y la manera que la traslada al papel, que es donde está su genio creador.
    No digo que no pudiera resultar interesante, pues Fitzgerald siempre lo es.
    En definitiva, tenía cierta prevención por el resultado.
    Los americanos, además, tienen cierta tendencia a impostar en sus clásicos, y tenía a Brad Pitt en la cabeza, que me echaba para atrás.
    Ha sido estupendo poder comentar sobre FSF contigo.

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  10. Ahora que voy a añadir nuevas entradas con lo cual ésta pasará a colocarse dentro de las etiquetas, pienso nada de lo que tiene que ver con Fitzgerald puede separarse de esa especie de fulgor que le ha hecho seguir vivo después de tantos años, tal ve por ello su obra no es únicamente la de un escritor brillante sino la de un clásico que nunca aburre, nunca envejece y siempre provoca el mismo deslumbramiento. Cualquiera de sus libros es una introducción nunca un fin. A mi me parece que con todas sus limitaciones Hollywood no es un mal sitio para adaptar a Fizgerald no solo porque contribuye a expandir su leyenda sino porque además su vida tuvo algo de esa época gloriosa de las estrellas de cine.

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