¿ Qué quieres: Monarquía o República ?. ¿ Yo ?..... ¡ Un trabajo !


¿ Qué quieres:  Monarquía o República ?


 ¿ Yo ?..... ¡ Un trabajo !

(El Roto 6/6/2014)

Por Santiago Álvarez de Toledo




     Esta mañana a la puerta de la tienda "Mallorca" en la calle Serrano de Madrid me he encontrado con Marian una mujer ganándose la vida con los clientes que salían de sus compras. 
-   " Yo todavía no he necesitado ni ponerme en una esquina ni robar". " A mí el que me gusta es Felipe, desde pequeño...y el Rey también. Pero esto no tiene salida. No es verdad que estamos mejor. El paro sigue más o menos igual.  ¡ Aquí es que hay mucho mangante !. Y los pobres somos pobres pero no tontos."




¿ ESTÁ TODO PODRIDO ?
¿ O  ZONAS DE PODREDUMBRE HACEN QUE TODO HUELA ?

   
      Mirando con perspectiva la última década, desde el acercamiento al borde del precipicio de la burbuja inmobiliaria y el estallido de la crisis de 2.007 hemos vivido una cascada de sobresaltos, malas noticias y sapos a tragar que por su aceleración no nos han dejado tiempo ni para descansar ni menos para reflexionar. Sólo hemos ido sintiendo en la cara una creciente afluencia de sangre, al principio aturdidos y con incredulidad que luego ha ido transformándose en ira contenida. Ese estado de ánimo y el  que los hechos repugnantes aparecieran por las más insospechadas esquinas ha hecho oler a podrido toda la atmósfera. El español medio se siente  hoy ya con un enfado general respecto a múltiples cosas, sin saber bien qué debiera hacerse. Y cuando el ser humano siente esa mezcla de inquina desordenada y generalizada sin tener tiempo para reflexionar y vislumbrar soluciones concretas aplicables a los problemas tiende a caer en la tentación de derribar entero todo el edificio.
       Pero ¿ qué problemas concretos tenemos y por dónde se puede avanzar hacia su solución ?. Algunos ejemplos. La irresponsabilidad empresarial,  la bancaria con sus créditos y la gubernamental respecto a la burbuja inmobiliaria y su estallido. El despojo de las Cajas desde su cúpula y el salvamento de ellas y de la banca  (precisamente el salvamento de los que facilitaron la burbuja), el cual no se sabe si lo devolverán y cuándo. El pago de las facturas de la crisis que  está correspondiendo en cambio a los menos culpables y más débiles (parados, hipotecados que perdieron sus casa, afectados por recortes  de la seguridad social y de la enseñanza, los que pagan impuestos planos tipo IVA en vez de proporcionales, etc.). La corrupción de los políticos cuyo castigo  nunca acaba de llegar. El carnet de baile entre PP y PSOE para mantenerse en el poder como pareja, por turnos o bailando juntos. La apisonadora del ejecutivo sobre el judicial y legislativo, arrojando a la hoguera los principios de la Separación de Poderes de Montesquieu.  En este último  tema destaca el especial abuso sobre el poder judicial, designándose jueces por vía lateral para los altos tribunales  y causando así parálisis de procedimientos y que los juicios de corrupción jamás terminen. Elefantiásica creación de puestos de no-trabajo, -políticos-, en las autonomías, Cajas de Ahorro, etc. La exasperante inoperancia del Presidente del Gobierno en el problema de Cataluña mientras se  iba pudriendo. Su no menos exasperante actitud insistiendo una y otra vez en que la economía está cada vez mejor, sin especificar si la de los banqueros y empresarios o la de las familias de los parados (estos últimos más numerosos)....  - ¡ Qué lista estuvo Marian esta mañana ! - .



UN CAMBIO CONSTITUCIONAL Y UNA NUEVA LEY ELECTORAL SOLUCIONARÍAN GRAN PARTE DE LOS PROBLEMAS REALES Y HARÍAN INNECESARIO EL REFERENDUM



     Pues bien, una gran cantidad de estos problemas están interrelacionados en círculos viciosos, siendo unos causa de otros en cadenas entrelazadas con malignas e intrincadas consecuencias. Simplemente la no aplicación de la ley d'Hont y el que las Listas electorales fueran Abiertas haría que el legislativo representara mucho mejor y realmente a  la sociedad, con menos alternancia permanente del bipartidismo.  Ese legislativo con fuerzas más equilibradas evitaría el efecto apisonadora con cheques en blanco del partido con mayoría absoluta, así como  el ninguneo que practica con el poder judicial y con el resto de la sociedad representada en el parlamento. A su vez, un legislativo y un gobierno con una  imagen fiel de la sociedad española desarrollarían leyes y programas más centrados en los principales problemas según la mayoría de la población, como el paro, la repercusión de los recortes en la seguridad social y planes con visión de futuro, en vez de los actuales programas cortoplacistas, en áreas como la enseñanza y la investigación. A su vez un poder judicial totalmente independiente, sin hilos de marioneta desde el Ministerio de Justicia, haría llegar a término juicios de corruptelas que el ciudadano español espera  desde hace años lo que incrementa su desesperanza y resquemor generalizado.
     Así, con unas pocas medidas se podría mejorar mucho en varias de las áreas principales de problemas acuciantes y dar una sensación al ciudadano de apertura de horizontes que animaría a enfrentarse a otros problemas. Esta estrategia de atacar concreta y prácticamente el meollo de los temas acuciantes en sí mismos, con el máximo de productividad por estar interconectados, es más efectiva que derivar hacia un cambio de la forma de gobierno, motivado  más por sentimientos que pragmatismo resolutorio y de mucho más difícil augurio de su futuro. El continuar con un sistema de monarquía parlamentaria, con los ajustes que sin duda hoy son necesarios, no dificulta dar la solución debida y adecuada  a los temas como demuestran algunas de las monarquías europeas que están entre los regímenes más democráticos, libres y solidarios del mundo.
     La alternativa de un referéndum hoy y ya sobre monarquía o república debiera trasladarse con  más sentido práctico, eso sí en breve, a un cambio de ley electoral y de la Constitución, con cuya votación encauzaríamos de golpe problemas específicos graves además de aprobar la forma de gobierno.
    Otra cosa es que el nuevo rey quisiera por propia voluntad se realizase una consulta al pueblo español sobre monarquía o república. Sería un acto de valentía y un buen comienzo de legitimación, que habría de continuar y que además seguramente ganaría.  
          

Comentarios

  1. Estoy totalmente de acuerdo con lo que dices. Si convoca Felipe un referendum quizás hasta lo tragamos.

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    1. Y yo de acuerdo contigo. Además sería mucho más representativo que la votación que se prepara en el parlamento donde no hay prácticamente ninguna libertad de voto debido a las benditas listas cerradas.

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  2. Me ha interesado mucho tu análisis de la triste situación de nuestro país y la conclusión a la que llegas: necesidad de un cambio constitucional. Pero no creo se deba plantear ahora la cuestión monarquía-república pues ésta pondría en cuestión una institución que ha sido fundamental en el nacimiento y desarrollo de nuestra democracia (¡importantísimo!) y que en su conjunto ha funcionado.

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  3. Santiago Alvarez de Toledo15 de junio de 2014, 23:51

    Estoy de acuerdo en que no es el momento. Primero porque hay temas más acuciantes para quienes los están ya sufriendo hoy y ya. Y segundo porque votando una nueva constitución el primero o uno de los primeros artículos que se vota es la forma de estado. Muchas gracias por tu interés.

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