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Mostrando entradas de abril, 2015

El escritor Luis Landero y su balcón de invierno

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     El interés de una novela autobiográfica como es El balcón en invierno   reside no tanto en lo que se cuenta sin en como se cuenta. Para lo cual es imprescindible que su autor sea un buen escritor, Luis Landero, (Alburquerque ,Badajoz, 1948) que sin duda lo es, utiliza su oficio y su talento  para transportarnos a la España rural de su primera juventud. Toda la obra está teñida de un deje nostálgico, ese suave tono de vuelta a la infancia en una familia  de labradores asentados en un pueblo de Extremadura. Es por ello una novela en la que ocurren pocas cosas como en la vida real y en la que los padres, parientes , amigos, las luchas; los sueños y trajines     cotidianos,   urden la trama de la narración.    (Leer más)

¿Yo también sería corrupto? En la foto Rodrigo Rato

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   No es cuestión de enrabietarse, rasgarse las vestiduras, desilusionarse y hacer gestos negativos con la cabeza al ver nuevos casos de corrupción. No es un tema moral de: "parece mentira, ¡qué gente esta!", pues nosotros mismos honestamente no estamos seguros de cómo actuaríamos si estuviésemos en esas mismas circunstancias, con la tentación tan cerca, tan fácil y además tan grande. Por lo menos yo.     Es cuestión de dejar de lamentarse y ponerse manos a la obra, ayudar a montar un sistema que funcione, primero previniendo y después castigando para que los tentados por la corrupción consideren que es demasiado arriesgado y no les merezca la pena.  NO se trata de ser moralistas, eso es más protesta fácil que disfraza la pereza de actuar. Hay que ser prácticos y cada uno en su entorno, actuar. (Leer más)

Cultura y familias reales: La profecía de Adorno.

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Fue Theodor Adorno quien junto a Max Horkheimer diseñó el término, industria cultural para referirse a la capacidad de la economía capitalista para producir  bienes culturales en forma masiva.  El filósofo trataba de diferenciar la cultura de masas, que consume productos planificados  por un sector de la economía   desarrollado en torno a bienes culturales bajo la forma de entretenimiento y espectáculo, de la cultura popular que  es exactamente lo opuesto, ya que surge espontáneamente del pueblo.   Las monarquías modernas presumen de su acercamiento a todas las capas de la sociedad;  sin embargo  el secreto de su permanencia y de la popularidad que aún gozan entre muchos sectores se basa sobre todo en la manera en que se han convertido en actores, incluso a su pesar,  de una potente industria cultural que los ha adoptado como  protagonistas. (Leer más)