INVESTIDURA TRAS LAS ELECCIONES. MALAS ESTRATEGIAS Y TENSIONES INNECESARIAS

       

  INVESTIDURA TRAS ELECCIONES. Sánchez con una estrategia peligrosa para él mismo. Rajoy, táctica ego-partidista de parálisis permanente. Iglesias, "el Principe".  Ciudadanos e IU, los mejor valorados en la última encuesta.
por Santiago Álvarez de Toledo,  abogado.                                                                                            VER MÁS

OPORTUNIDAD PERDIDA

     Si Pedro Sánchez hubiera dejado claro desde el principio que aceptaría un pacto con PP y Ciudadanos, siempre que el PP presentara un candidato diferente a Rajoy, estaríamos hoy en una situación muy distinta. Si los barones y baronesas del PP hubieran así visto clara la posibilidad de una gran coalición PP-CIUDADANOS-PSOE y de uno de ellos/as como Presidente/a habrían tenido el argumento -y la tentación- de: tratar de convencer a Rajoy. Pero Pedro Sánchez se ha cerrado a si mismo esa puerta. Al ver Pablo Iglesias que la única opción que  aceptaba Sánchez era con PODEMOS se sintió fuerte, atacó con inteligencia, tomó la iniciativa y pidió la Vicepresidencia, los Ministerios más estratégicos y ahora la Agencia Anticorrupción. Si Sánchez no hubiera bloqueado esa otra alternativa, quizás el propio Rajoy habría vislumbrado una salida airosa con una "retirada de gran generosidad por el bien de España"....

SÁNCHEZ HUBIERA SIDO  MÁS EFICAZ NEGOCIANDO A DOS BANDAS

     Negociar a una sola banda, o sea con un sólo partido, siempre ha sido menos eficaz que a dos bandas. En una negociación a dos bandas ambos partidos se sienten más inseguros al ignorar qué se está acordando con el otro y por ello son más proclives a ceder y a pactar. Pedro Sánchez por el contrario ha tomado la decisión de negociar a una sola banda con PODEMOS y además con líneas rojas de trazo grueso y desplantes innecesarios a la otra banda, al PP, quien naturalmente ha respondido con igual dureza.
     Sánchez ni siquiera ha negociado una abstención del PP a su investidura, con lo que tendrá que obtener mayoría absoluta. Si se alía con PODEMOS y partidos independentistas, Ciudadanos votará en su contra y necesitará otros 17 votos adicionales. Rajoy tampoco ha quedado bien, al renunciar ante el Rey a someterse a su investidura pero sin retirarse, con lo que se ha transparentado su estrategia personal y egoísta de esperar a nuevas elecciones más favorables y ha terminado con la guinda de negar el apretón de manos  a Sánchez ("hacer la cobra" según los expertos) delante de los periodistas y fotógrafos.
      Las expectativas que se preparan para Sánchez son de un gobierno claramente inestable, antieuropeo cuando hay mucho que negociar, con el independentismo aún más cercano y posible que antes y un deterioro de la situación económica probablemente más acentuado que el previsible a nivel mundial. Una Presidencia en fin, quizás muy deseada, pero oscura como boca de lobo y que por desgracia puede que se recuerde históricamente. ¿ Es esto a lo que aspira Pedro Sanchez ?.

¿ PORQUÉ TANTA TENSIÓN E INTOLERANCIA ?

     Pero ¿ porqué está ocurriendo todo esto así ?. Alcemos el vuelo para verlo con más perspectiva de espacio y tiempo. Otros países y otras décadas.
     Los estados del centro y norte de Europa, Canadá y otros de democratización más temprana que los del sur europeo, centro y sudamericanos, llegan hoy a acuerdos más fácilmente, sin agresividad ni rasgarse las vestiduras de forma teatral. Sus pactos, al conseguirse cediendo un poco todos los partidos involucrados, no crean heridas ni dejan cicatrices por lo que son más duraderos que los de un bipartidismo oscilante, de borrón y cuenta nueva cada x años, como ha ocurrido con nuestra leyes educativas. Esas más añejas democracias han evolucionado a una cultura de mayor confianza pública, consenso y cooperación integradora que, al ofrecerse por un partido principal, transmite a su vez confianza a los demás, y crea un ambiente general que facilita el intercambio mutuo de cesiones en las propuestas de cada partido y los acuerdos y pactos multilaterales.

ÚLTIMA ENCUESTA PUBLICADA POR EL CONFIDENCIAL:

MÁXIMAS SUBIDAS PORCENTUALES PARA CIUDADANOS E IU

     Incluso aquí en España y ahora, Albert Rivera, dentro de las posibilidades de su pequeño partido, ha transmitido ganas de cooperar, sensación de juego honesto y mayor confianza que otros líderes.
     Del otro lado de la moneda, con comportamientos opuestos ocurre lo propio -pero al contrario-. En las democracias más jóvenes y con menor experiencia del sur de Europa, Centro y Sudamérica, etc, la misma transmisión y contagio tienen lugar, cuando uno de los principales partidos actúa como atacado por el virus de la desconfianza, la tensión, los cálculos personalistas, la zancadilla deshonesta y la visión partidista en vez de la del estadista. El virus de uno se transmite a casi todos los partidos. E incluso se está contagiando a la ciudadanía española en conversaciones y no digamos en los debates de la Televisión. Estos han sido los catarros y gripes políticas de este final y principio de año en España. Se transmite por contagio como la imagen multiplicada de una persona en una galería de espejos.
     Este fenómeno del contagio y su polo opuesto la empatía es tan humano que ocurre igual en las negociaciones comerciales. Cuando una de las partes comienza a desconfiar, algo se nota y la otra se pone inmediatamente en guardia. Si en cambio se comienza abierta y llanamente, ello también provoca empatía y crea buen ambiente y unas posibilidades mayores de negocio y acuerdo con beneficio para ambas partes.
     Mis lectores conocen lo pesado que me pongo en este tema. No es que unos, los nórdicos, ingleses, canadienses, etc. sean mejores o más honestos que otros, los del sur de Europa, Centro y Sudamérica, etc. Todo menos dar lecciones nacionales. Es que tienen más experiencia política, ya han pasado por muchas de esas fases, ya se han equivocado múltiples veces y han tropezado en esa piedra o incluso se han despeñado con daños importantes. Reino Unido y Canadá incluso con el independentismo Y ahora, lógicamente evitan esos riesgos.  Meditemos.


Rajoy y la dimisión de Esperanza Aguirre